¿Ser competitiva? desconozco ese pokémon

Noelle
3 min readOct 30, 2023
Imagen ilustrativa utilizada con fines meramente referenciales.

La primera vez que tuve la certeza de que mi expresión artística era algo completamente inútil, difícilmente reconocible por la sociedad, tenía unos 7 u 8 años.

Habíamos ido a un parque (plaza, en argentino) un domingo, y hubo una presentación de la policía haciendo una demostración con perros entrenados, pastores alemanes. Dudo mucho que el asistir a este evento haya sido algo planeado, seguramente sólo pasábamos por ahí y mis papás decidieron quedarse. Después de la exhibición de destrezas policiales y perrunas, los organizadores nos pasaron papeles y crayones a todos los niños presentes para que hiciéramos un dibujo. Y de repente, era un concurso de dibujo.

Yo me emocioné mucho, porque siempre me había gustado dibujar y era una actividad en la que me sentía muy cómoda. En ese momento no tenía aún una idea sobre si yo sabía o no dibujar, si dibujaba bien o mal, todos esos conceptos de adultos. Yo sólo dibujaba lo que se me ocurría en el momento y lo disfrutaba mucho.

Se me ocurrió hacer una puesta de sol sobre el mar -algo que yo nunca había visto-, usando muchos colores, un atardecer de ensueño. Por supuesto que no lo copié de ningún lado, en la década de los 80 no existía pinterest ni nada parecido. Al terminar, entregué mi dibujo muy orgullosa a los policías, con la certeza de que era tan maravilloso que seguro yo iba a ganar.

Tiempo después, los animadores/policías empezaron a anunciar el resultado. El ganador fue un dibujo (a mi parecer, bastante torpe y pueril) de un perro policía haciendo alguna de las destrezas que se habían mostrado hace unos momentos.

“Pero qué tarada!” pensé para mis adentros. Había una consigna, el dibujo se trataba hacer algo ALUSIVO a lo que nos habían presentado. Pero yo nunca entendí esa consigna, o no sé si la dijeron. El punto era que yo creía que dibujar era algo libre, y entre más libre fuera, más ganador/a sería uno, o algo así era mi lógica. No tenía la más perra idea de que había algo como una consigna.

Sentí un poco de vergüenza de mi ingenuidad. Incluso desubicación. Pero sobre todo, vergüenza de haber creído en algún momento que yo podía ganar algo. No sé si mis papás me dijeron algo o si me dijeron que mi dibujo estaba lindo jajajaa, ni si lo guardaron. Para esas fechas mi hermano ya estaba enfermo y la vida era un caos andante, resolviendo sobre la marcha y yo, de paso, creciendo.

Pero de esa experiencia me quedó claro que:

  • Mi “producción artística” no va a ser reconocida a menos que aprenda a escuchar mejor las consignas
  • Si quieres ser visto, sé como todos, haz lo que hacen todos
  • Pon más atención, morra
  • Nada en contra de los perritos y las exhibiciones policiales, pero en ese momento yo quería dibujar un atardecer colorido alv

Y nada, recién se me desbloqueó ese recuerdo y se me hizo interesante compartirlo, en vista de que estoy en un momento de la vida en el que estoy explorando mi arte (dibujado), qué hago, cómo lo hago, por qué y para qué. Y relacionándome con personas a partir de ello. Y no es por nada pero me siento bastante cómoda con el rumbo que he tomado al respecto.

Sign up to discover human stories that deepen your understanding of the world.

Free

Distraction-free reading. No ads.

Organize your knowledge with lists and highlights.

Tell your story. Find your audience.

Membership

Read member-only stories

Support writers you read most

Earn money for your writing

Listen to audio narrations

Read offline with the Medium app

Noelle
Noelle

Written by Noelle

Entusiasta del reino animal, el rock alternativo y el queso. Escribo, bailo y yogueo para no enloquecer. linktr.ee/noelleohsi

No responses yet

Write a response