Auto-sueño

Noelle
5 min readAug 28, 2024
(El Calendario Azteca, también conocido como la Piedra del Sol, es un disco monolítico de basalto de olivino que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología desde 1964) foto mía de 2009 con mi super sony cybershot

Entre la rígida (y muchas veces soberbia) actual aversión a las pseudociencias, y la eterna (y profunda) necesidad espiritual humana de encontrarle un sentido a cosas que no necesariamente la tienen, mi posición ante la astrología es la siguiente: me divierte y practico lo poco o mucho que he aprendido hasta ahora de ese saber, desde mí y para mí, como quien se informa sobre mitología griega y se divierte con ello (y con sus seres queridos, o con quienes les preguntan de ello).

Obviamente entiendo y estoy convencida de que las estrellas no giran ni nunca han girado en torno a mí, y sé perfectamente, mi querido lector, que para el universo somos unos parásitos tan INSIGNIFICANTES que nuestras pequeñas y azarosas vidas no podrían siquiera ser influidas por algo tan grande como aquellos titanes, enormes cuerpos celestes con trayectorias predecibles, que danzan en un mapa que nosotros mismos, los humanitos de a pie, elegimos dibujarles.

En fin, que nada existe, pues. Pero también es divertido jugar a que las cosas pueden llegar a tener algo de sentido, que pueden explicarse, además de con las ciencias, con saberes antiguos e intuitivos, que mediante una pintoresca serie de simplificaciones y arquetipos ancestrales podamos jugar a entender algo tan errático y poco lógico como el devenir humano.

Bueno ya puestos en contexto, justamente hoy, 28 de agosto, después de varias pláticas con mis amigas, con mi psicoanalista, con mi arteterapeuta (ay weey!) y con mi propio cerebro febril, pero al menos ya un poco más acostumbrado a pausarse antes de actuar, observar antes de saltar a conclusiones y, sobre todo, obligado a FIJARSE EN LO QUE ES EVIDENTE, puedo decir que llegué a algunos puntos aprendidos, que no conclusiones, porque esto está en constante cambio. Y menciono la fecha porque hoy es el último día de la segunda fase de Mercurio retrógrado en este año, algo que no voy a explicar detalladamente, pero así a grandes rasgos los períodos de mercurio retrógrado (que técnicamente no lo es, solo que en relacion con la tierra se mueve mas lento y por eso se le dice “retrógrado”, o sea, NUNCA un planeta va a moverse para atrás en su órbita, tampoco mamen. O sea, es un decir) implican un momento de pausa, repaso de temas anteriores que tenemos pendiente, reflexión, incorporación de aprendizajes y si fuera posible, cambios para mejorar. El autoconocimiento, pues.

Como comentario, por supuesto que en el párrafo de arriba puse un link a la página de Cosmopolitan sólo para enfurecer más a los fundamentalistas de las ciencias duras, esos que rabian muchísimo con la sola mención de la astrología, aunque sea lúdica, casi poética, porque para qué demonios nos sirven el juego y la poesía en este mundo del postcapitalismo tardío, con el club de las 5am, para verse mamado, para producir siempre más más más, para ser FITTER HAPPIER (More productive
Comfortable
Not drinking too much… etc)

Hoy recibí un aprendizaje que literalmente me cayó en la cara, y no como un cubetazo de agua helada, sino como una fresca mascarilla nutritiva que poco a poco se fue formando y macerando durante estas semanas, en especial después de la semana pasada, en la que me sentí (sin razón aparente, más que me bajó) súper sola, triste, sensible, abandonada, decepcionada, desvalorizada, desapapachada y lo que le sigue. Bueno, el aprendizaje se fue dando así: resulta que en este verano me empezó a gustar una persona que ni al caso conmigo. Yo no sabía ni por qué*, el tiempo que duró sólo me dediqué a vivir la experiencia y dejar que fluya (en mi cerebro, porque en la realidad tangible no pasó absolutamente NADA). Entre otras cosas, escribí al respecto, lo platiqué con amigas, lo exorcicé, me confesé, hice las paces con el hecho de que no debe de darme vergüenza, porque ya no estoy en primero de primaria, ni en la prepa.

*claro que sé por qué: su espalda ancha, sus piernas largas, sus manos grandes y rasposas, su parado ridículo y característico, su mirada desconfiada, su forma de volar. ¿Y ya mencioné sus manos amplias, sus palmas ásperas?

Finalmente, entendí que el que me haya gustado esta persona se debe al hecho de que casi nunca salgo de mi casa, trabajo 100% remoto y mis opciones sociales actualmente están sumamente limitadas. Como dato aparte, esta persona no se parece en casi nada a personas que me hayan gustado anteriormente, pero hasta se podría decir que esa es una característica de las personas que me gustan…

Lo que sí descubrí es que porta características SIMILARES a lo que busco en un hombre, que sea una persona regular, nada extraordinario, presencia masculina simple y relajante, poco demandante, pero que sea capaz de darme contención, que resuelva, pues. Esto último no lo sé, no tengo idea, pues no lo conozco, pero claramente me lo imaginé muy bien. Después de un ejercicio de distancia mental (circunstancial y también por mi propia voluntad) pude ver claro que esta persona NO ES en sí lo que yo busco, y por varias razones muy básicas no seria un buen match para mí, amén de que en estos casi 2 meses él no ha mostrado interés alguno. Una amiga me dice “bueno, por lo menos unos llegues”, y ps no, la verdad es que sí se me antojan, pero no me bastan, para qué les voy a mentir. Este sujeto es como una muestra limitada, una trial version de lo que yo estaría necesitando en este momento.

En particular, él es alguien que siempre estuvo en el medio, sabemos el uno del otro y nos hemos encontrado en más de una ocasión, de chamba y también de fiesta, pero antes a mí me era imposible verlo, para mí él era invisible. Y hoy reconozco que más que transparente es gris, una persona que no resalta, que te contesta si tú le haces plática pero que no te saca el tema, que habla con confianza sólo con algunos con los que se lleva, pero que a veces se aparece. Y cuando está cerca de mí, o cuando lo puedo ver haciendo lo mejor hace, me agrada su presencia, vamos, no es que sea adorable, pero es confortable (?). El hecho de haberme fijado en él vino a mostrarme algo más o menos similar a lo que quiero: una persona simple. Pero no es él, no es él. Y yo me tengo que mover de ahí, de ese lugar de espera, ya me moví.

Se supone que estos son los aprendizajes de Mercurio retro, son los “amiga date cuenta” de la jerga astrológica, son los “oríllate a la orilla y revisa tus pendientes”, son los “repasa las lecciones que te habías negado a aprender anteriormente porque ahora sí ya te toca”, y bueno, creo que ya queda más claro que el agua.

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Written by Noelle

Entusiasta del reino animal, el rock alternativo y el queso. Escribo, bailo y yogueo para no enloquecer. linktr.ee/noelleohsi

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